Amy Winehouse ha vuelto a grabar un disco por obra y gracia de las psicofonías tecnológicas. Ahora la cacharrería cibernética permite que Falete cante con el del medio de los Chichos y que Elvis Presley se marque un dueto con Michael Jackson, mientras el primero menea la pelvis y el otro se tira compulsivamente de las pelotas.
Pero Amy no ha hecho nada nuevo; eso ya viene de los tiempos de Lennon y de más allá en el tiempo. Sobre todo del más allá.
Da cosilla escuchar a Amy, sobria, sin colocón. En poco tiempo, encontrarán nuevas grabaciones inéditas que quedaron ocultas entre una docena de botellas de Chivas vacías que se acumulaban en un rincón. Brindo por el descubrimiento con Solán de Cabras.
http://www.elmundo.es/elmundo/2011/12/01/cultura/1322736194.html
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