Entre ayer y hoy, el socialismo español -encarnado bajo las siglas de un desnortado PSOE- ha hecho sonar su peculiar 'Show must go on'. Javier Fernández, el líder que vino de Asturias para poner paz en medio de la guerra fratricida de Ferraz, lanzó el sábado un discurso para que la militancia socialista lo guarde en la mesilla y lo relea cuando le entren tentaciones de volver a suicidarse.
Fernández es un sieso. Transmite menos tensión que un Dalai Lama meditando, pero suelta verdades como puños a los cuatro vientos.
Hacía tiempo que no se escuchaba a un líder político español improvisar un discurso-bomba sin leer; así, como cualquier cosa, de sopetón... Porque sale de los ventrículos. Discursazo. Grande, Fernández. Lástima para el PSOE que alguien de semejante eslora no se colocase en la proa de un partido jibarizado por el egoísmo de unos y de otros. Que le pregunten a Pedro Sánchez; que se lo digan a Susana Díaz.
En estas estábamos pasando por el crisol del cerebro las palabras de Fernández cuando un tal Patxi dio un paso al frente. Patxi es vasco, exlehendakari por obra y gracia de otros y expresidente del Congreso de los Diputados por esas alquimias de la alta política.
López, Patxi, ha visto el sillón ferrazino vacío y ha puesto un pie en el aterciopelado asiento para quitarle las ganas de posar el culo al espectro de Pedro Sánchez. Tal y como hacen los niños con los helados, cuando les dan un chupetón a lo bestia para no compartirlos.
Patxi, López, quiere trono y ha tomado posición. Y se hace acompañar por Óscar López -que salió de Castilla y León como alma que lleva el diablo para recalar en el Senado- y Rafa Simancas -al que un tamayazo cualquiera descabezó de sus ilusiones por gobernar Madrid cuando el PSOE era fuerte.
Patxi López se las tendrá que ver con Susana Díaz o con un interpuesto de la andaluza, que después de la que montó para merendarse a Sánchez no tiene otra que dar la cara ahora, aunque se la partan, con las funestas consecuencias que eso tendría para sus intereses en la Junta de Andalucía, que gobierna con el permisito de los Ciudadanos de Albert Rivera.
El PSOE del siglo XXI busca jefe. Que los dioses repartan suerte.