Tanto marear la perdiz y va a resultar que la Familia Real española es más republicana que un 14 de abril. Nadie ha hecho tanto daño a los cimientos de la Monarquía como la propia monarquía y sus ilustres componentes.
Primero fue el Príncipe Felipe, que fue revoloteando de flor en flor hasta quedarse pegado a la pantalla de una television mientras zapeaba con el mando a distancia. Allí estaba Letizia Ortiz Rocasolano, dando las noticias. Don Felipe se unió a la periodista obviando el pasado marital de la ahora Princesa y la ausencia de sangre azul corriendo por sus venas. El Príncipe de Asturias decidió ser un ciudadano normal, cuando la efigie de los ciudadanos normales no sale ni en las monedas ni heredan tronos reales por cuestión dinastíca.
Después fue la infanta Elena, a la que se le murió el amor y dio con la puerta en las narices a don Jaime de Marichalar y sus vestimentas de paramecios.
Más tarde fue don Iñaki Urdangarín, esposo de la infanta Cristina, que está en el ojo del huracán. El Rey don Juan Carlos, muy en su lugar, le colocó a la misma altura que cualquier español ante la ley. Y en esas se anda.
Luego fue don Felipe Juan Froilán de Todos los Santos, que se pegó un tiro en un pie hace pocos días en una finca de la familia paterna en la provincia de Soria.
Ahora ha sido su abuelo, don Juan Carlos, el Rey, el que se ha pegado un porrazo, rompiendose huesos que han requerido la colocación de una prótesis. Dicen que estaba cazando en África. Elefantes, para ser más exactos.
Yo no me lo creo. El Rey nunca se iría de caza con unos amigos, empresarios o lo que sean cuando la España de sus amores está hecha una pena, sus ciudadanos acojonados por la crisis y medio mundo mirándonos por el rabillo del ojo como si fuésemos descendientes de Al Capone.
Yo siempre pensé que los reyes y sus familiares habrían de ser monárquicos. Es lo que dice la lógica. Salvo aquí, en España, que por eso de ser diferentes hasta tenemos una monarquía que allana el camino a la III República. A los hechos me remito. Aquí los reyes se derrocan ellos solitos. Qué país...