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domingo, 15 de enero de 2012

Fraga, un todo en la política

No era eterno; era mortal. Fraga, siempre controvertido, ha dicho adiós para siempre y esta vez se le ha entendido a la perfección, sin mediar palabra.

Manuel Fraga Iribarne ha sido de todo en la política española, entre otros motivos porque su vida ha transcurrido entre tres periodos diferentes, en dos de los cuales participó.

Ocupo puestos notables en la dictadura franquista; pilotó a la derecha en la transición política, se comió electoralmente Galicia y ocupó el sillón dirigente de los conservadores españoles.

Fraga siempre quiso, probablemente, ser presidente del Gobierno. Confiaba en ello cuando el Rey don Juan Carlos acabó por decantarse por el chisgarabís de Adolfo Suárez. Fracasó en todos sus intentos por tocar el poder en la democracia, que acariciaron Aznar y ahora Rajoy.

Fraga es iconográfico. Salvo los más jóvenes, todos recordamos a aquel personaje que chapoteaba en Palomares para demostrar que no había riesgo de contaminación nuclear. La edad a la que ha fallecido deja patente que no le afectó el baño, muy al estilo del quitarse la chaqueta y decir eso de "la calle es mía".

El PP se va a volcar en la despedida a Fraga. Apuesto a que Santiago Carrillo pasará por su velatorio y lanzará algunas frases templadas por la vejez.

Don Manuel, en los últimos años, tuvo algunas salidas de pata de banco que ahora todo su entorno le perdonará. Con él acaba una historia completa de la política.