Don Juan Carlos. Éste ha sido su particular 'Annus Horribilis' que hiciera popular su pariente británica, la Reina de Inglaterra.
En 2011 su salud le ha castigado, recordándole que los años no pasan en balde, aunque uno sea el Rey.
Hemos sabido de usted ingresado en un centro sanitario; le hemos visto arrastrar muletas y ocultarse un aparatoso golpe en uno de sus ojos con unas protectoras gafas oscuras.
En 2011, el país ha ido de culo, para no andarnos con rodeos. La economía va mal, los empleos se destruyen, las empresas no invierten, los mercados nos vapulean… Somos menos ricos, más pobres y, sobre todo, estamos más tristes. El horizonte del futuro no parece mucho mejor que lo que hemos visto hasta ahora. Virgencita que nos quedemos como estamos.
En 2011, han saltado a los periódicos las supuestas trapacerías de su yerno, el señor Iñaki Urdangarin. El marido de su ya no tan pequeña infanta Cristina, Duquesa de Palma, le ha amargado el año que acaba, el que viene y puede que más.
El estropicio no se resuelve saliendo o no en una foto o retirando de una felicitación unos nombres o unos caretos. Tampoco trasladando los muñecos de cera del Museo, porque de seguir por este camino van a tener que rellenar la zona de la familia real con cirios pascuales.
Don Juan Carlos: esta noche, un caldito y a la cama, que no estamos para excesos. A lo mejor cuando se despierte resulta que todo ha sido un mal sueño... Por intentarlo, que no quede.
Feliz Navidad.
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