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jueves, 22 de diciembre de 2011

A Gallardón le toca el Gordo; y a Botella el 'Euromillones'

Gallardón remodeló un palacio, en Cibeles, para albergar al faraón y a su corte. Todavía sin rematar, el Alcalde de Madrid (el de la M-30, los túneles, Serrano, las peatonalizaciones, la tasa de basuras...) deja su despacho frente a la diosa de la fuente y se va al Gobierno de Rajoy.

Gran acierto el del don Mariano. Gallardón es un valor seguro; incansable y ambicioso, se dejará la piel; trazará carreteras con el Tribunal Constitucional, perforará túneles para conocer los secretos de la Audiencia Nacional y del Supremo; tenderá puentes con abogados, fiscales y jueces... Vamos, que se lo va a currar. Seguro.

¿Y el Ayuntamiento de Madrid? A Ana Botella, esposa de José María Aznar, le ha tocado 'el gordo de la Lotería Política': ser alcaldesa de Madrid sin haberse despeinado en el intento.

Me temo que la hoy delegada-concejala no tiene fuelle suficiente para llenar ese Palacio. Menos aún cuando, más que probablemente abandone también las moquetas cibelinas Manuel Cobo, el fiel escudero de Gallardón, que está en política por Gallardón y que, o se irá con Gallardón a Justicia o se irá a su casa para seguir desde allí la trayectoria de Gallardón.

La ficha del mago de los números en el Consistorio tampoco está amarrada a la silla. Hay quien dice que Juan Bravo ya se resistió á formar parte del Gobierno Municipal en las últimas elecciones. La marcha de Gallardón puede ponerle un puente de plata por el que desligarse de la política local.

Los concejales del Ayuntamiento de Madrid son o 'Gallardonistas' o 'Aguirristas', pero no 'Botellistas'. De ahí que Botella se verá en la necesidad de nombrar algunos 'propios' para ocupar determinadas concejalías. El Palacio de Cibeles, sola, debe dar un miedo de aúpa.

Es la primera vez en democracia en el Ayuntamiento de Madrid que un Alcalde sale del Consistorio por la puerta grande sin que sea con los pies por delante. Tierno, el alcalde más alcalde de Madrid, murió en el cargo y paralizó la ciudad al paso de su féretro; Barranco, su sustituto, se movió luego entre la política regional y nacional; Agustín Rodríguez Sahagún estuvo un corto periodo al mando del Foro, no presentándose a una reelección por motivos de salud, falleciendo unos meses después; Álvarez del Manzano fue a instituciones públicas y, ahora, Gallardón da el gran salto a la gran política.

Ana Botella es una incógnita. Pero lo que está claro es que Madrid, sin Gallardón, no será igual. Preparémonos para la 'sorpresa Botella' que, como toda sorpresa, puede ser buena o mala. Que sea buena, please.

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