Tendemos a vivir los problemas ajenos como ajenos y los propios como propios. Lo raro es vivir los problemas ajenos como propios.
Mucha hay de eso en @aupacova, una marea de solidaridad intangible que se preocupa y se interesa por la recuperación de Covadonga, una joven estudiante que sufrió un terrible accidente de tráfico en Madrid en el que fallecieron dos muchachos y otro resultó herido grave, como ella.
Covadonga combate a la muerte en el Hospital La Paz con las únicas armas que tiene: su propia vida, el cariño de los suyos, la ayuda del cuerpo médico del centro sanitario y las oraciones y buenos deseos de más de 6.000 personas que siguen una cuenta de Twitter, en la que no pueden participar por deseo de la familia y amigos de Cova pero que suma apoyos día a día.
Yo sigo a @aupacova. Desnudo de profundas creencias religiosas pero parte de esa masa solidaria conectada por un intangible; y convencido de que se producirá la recuperación de una muchacha que está en el corazón de muchos; de muchos que la conocen y de otros muchos que no. Eso también es milagroso.
Si Dios existe, no puede mirar para otro lado. ¡Aúpa, Cova!
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