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martes, 15 de octubre de 2013
El rey que rabió
Érase una
vez un rey que regresó de un viaje a tierras lejanas. Ya en palacio, barruntó
la posibilidad de sumergirse de incógnito entre su pueblo, para divertirse y
tal. Más que nada. Y de paso, ver más allá de las murallas pétreas de la
residencia real, que te separan de la plebe en un santiamén y cuando te quieres
dar cuenta tus hijos peinan canas y tú estás hecho unos zorros.
El rey
propuso a sus secretarios, ayudantes y liantes su regia idea. Los susodichos se
acojonaron: si el rey salía de sus aposentos se daría cuenta de que el país
estaba en pelota picada, arruinado, asolado por la crisis y con la sociedad
soliviantada. Vamos, todo un señor estado de la cochambre. Pero el monarca se
salió con la suya, que para eso era rey, y se fue de pingo… y hasta se echó
novieta aprovechando el trajín. Si es que cuando eres rey hay que estar a las
uvas y a las maduras; a setas y a ‘rolex’. ¿O no?
Ruperto
Chapí le puso música a una zarzuela (vaya puñetera casualidad) cuya letra
tuvieron a bien escribir Ramos Carrión y Vital Aza y a la que pusieron por
nombre “El rey que rabió”. El mundo es chocante y está trufado de semejanzas,
aunque la realidad viene superando a la ficción y la crudeza al sainete. Como
se lo cuento.
He ido a
recalar en la comicidad de la obra mencionada de Chapí, que por cierto se
estrenó, también en el colmo de los colmos, en el Teatro de La Zarzuela, como
si no hubiera teatros en España para que luego un periodista cabrón venga a
hacerte recuerdos incómodos.
Todo lo que
está pasando en el cascarón monárquico español tendría gracia de no ser porque
da pena; pero pena de ponerse de todos los colores. Algunos llegan hasta el
violeta, que no es otra cosa que una mezcla de azul y rojo.
Ahora al Rey
parece que ya le dicen qué puede y qué no puede hacer. Adónde puede y adónde no
puede ir. Puestos a ser intervencionistas en los dictados y los movimientos
reales habría que haber tomado cartas en el asunto hace unas décadas y no
ahora, que para intentar arreglar, es un decir, un entuerto, dejas ciego al
Monarca. Ojos que no ven, corazón que no siente.
La Monarquía
ha entrado en una espiral tremendamente peligrosa. Tras un matrimonio modélico
de Don Juan Carlos y Doña Sofía (él, nieto de Rey e hijo de un rey renunciante
a sus derechos dinásticos; ella, hija de Rey en una república sin trono), la
Familia Real se ha conducido por los complejos caminos sólo triscados por la
plebe, pobretona y ramplona.
Primero, la
Infanta Elena le dio un portazo en las narices a Don Jaime de Marichalar
después de haber sembrado prole regia. Don Jaime tenía y tiene la raigambre de
la nobleza. Y con ella se fue a tomar vientos a tierras sorianas, donde los
niños juegan con armas y se arma la de Dios es Cristo.
Después, fue
la Infanta Cristina la que emparentó carnal y maritalmente con don Iñaki
Urdangarin, que le daba a la pelota que no veas. Y luego parece que ha pasado a
darle al pelotazo; todo está en los juzgados y el futuro dirá. Doña Cristina no
se ha separado de Don Iñaki, aunque cualquier española le habría puesto las
maletas en la puerta de casa a su hombre y le habría pegado un puntapié en sus
partes de ser verdad una miaja de lo que se cuenta del empalmado Duque de
Palma. Al final, toda la familia ha hecho el hatillo y ha puesto tierra de por
medio, aunque donde no llegan las manos llegan las puntas de las espadas… Y
donde hay internet no hay distancias.
Más tarde,
Don Felipe, tras haber picado de flor en flor, algo normal y corriente en un joven
bien plantado y con futuro prometedor y estable, aunque nada corriente, puso un
día TVE para enterarse de las cosas que pasan y se prendó de una presentadora
que le miraba imperturbable a los ojos. Y el Príncipe y la periodista comieron
perdices, sin llegar a saber si fueron si son o si serán plenamente felices.
Pero ése es otro cuento para el que hay varios finales. Ya escogerá el autor el
que enganche más.
Ahora andan
por ahí diciendo que si la Prinzesa tiene mal yogur y tal. Joder, si es que la
vida en Palacio ha de ser un dolor de cabeza y, además cuando enciendes el
televisor te encuentras en las noticias de La 1 a una tipa que te hubiera
gustado seguir siendo tú. Toma del frasco, que es de cristal de La Granja de
San Ildefonso.
Por último,
el Rey, Don Juan Carlos, Don Juanito, se pasa el día en el taller de
reparaciones, que no en un garaje cutrelux como Steve Jobs, que halló en él el
mecanismo de la máquina del poder del dólar.
Creo que al
Rey ya le han dicho que le van a echar de la mutua, que lleva más de tres ‘partes’
y que no le interesan clientes así por muy reales que sean sus posaderas y sus
caderas.
Cómo es la
vida, ¿verdad, Don Juan Carlos? De incuestionable a cuestionado; de intocable a
tocado; de mandador a mandado…
El Rey, como
todo hijo de vecino, tiene derechos y deberes. Entre los derechos está el de la
defensa de su imagen y, por ello, puede acudir a las instancias que considere
oportuno para lavar su nombre, si llega a ser necesario. Puede buscar el amparo
entre los periodistas y sus órganos. Puede mandar una carta haciendo valer sus
derechos de rectificación, si ha lugar, cumpliendo los tiempos y las formas que
rigen para el común de los mortales. Puede acudir, por último, a los tribunales
de Justicia. Poder, puede. Vaya si puede.
Una infanta
se divorcia, otra tiene a un marido en la picota judicial y el Rey se pone a cazar
elefantes a deshoras. Parece que la propia monarquía empieza a sentirse más
normal, más ciudadana, más plebe, más llana. Es ya una Monarquía moderna. O
sea, que no es Monarquía ni la madre que la parió, porque las monarquías pueden
ser de todo menos modernas.
Quiá! La
Monarquía es monarquía por lo que lo es, por las tradiciones, por el pies
juntillas, por los retratos de los pintores de cámara del Prado, por los
matrimonios de conveniencia más convenientes –te/ha/tocado otro perrito piloto-,
por tragar carros y carretas, por comer la sopa boba y para que las señoras
hinquen la rodilla en tierra al paso de SM y los caballeros se den un
barbillazo en el pecho para saludar con solemnidad al jefe de los jefes.
Si a alguien
no le gustan las cartas que le han tocado en la partida, aunque lleve póker de
reyes, siempre puede levantarse de la mesa con el rabo entre las piernas.
martes, 16 de julio de 2013
El amanuense de Génova
Los 'papeles de Bárcenas' demuestran que el ex tesorero del Partido Popular es un probado artista caligráfico; todo un amanuense, vamos.
El diccionario de la Real Academia Española da dos acepciones de Amanuense (Del lat. amanuensis):
El diccionario de la Real Academia Española da dos acepciones de Amanuense (Del lat. amanuensis):
- 1. com. Persona que tiene por oficio escribir a mano, copiando o poniendo en limpio escritos ajenos, o escribiendo lo que se le dicta.
Mireustedpordónde, la RAE describe con bastante exactitud cuál era el trabajo de Luis Bárcenas en las dependencias políticas de la calle de Génova, un poco más allá de la madrileña plaza donde Cristóbal Colón no hace una peineta con el índice señalando tierra porque no le viene en gana. Digo.
Los amanuenses escribían, valga la redundancia, a mano; como Bárcenas, que llevaba la supuesta contabilidad negra del PP en plan escriba: menganito entrega 'tanto' y a fulanito se le da 'cuánto'.
Chico, y es que el preso más chic de la cárcel de Soto del Real plasmaba fecha, personajillo, concepto y dinerillo sin que se le escapase un detalle. Si hasta a alguno parece que le pagaban trajes y a otro le convidaban a un peluco nuevo. Supongo que porque ya era hora o así.
Bárcenas merecería un monumento a la tradición escrita; un premio a la perseverancia en el uso de la pluma o el boli. Pero, ¡ojo! que la tinta mancha y el mejor escribano echa un borrón... y quién sabe si cuenta nueva.
¿Y si Rajoy dice la verdad?
Luis Bárcenas ha dicho que pagó a Mariano Rajoy una buena pasta; Rajoy asegura que eso nunca ha sucedido. Barcenas está en la cárcel; Rajoy en el Palacio de la Moncloa. Ambos viven su particular encierro que les separa del común de los mortales.
A Bárcenas, el hecho de reconocer en sede judicial haber dado, al parecer, sobres marrones llenos de billetes de 500 euros no le pone en un punto de partida de honor a la hora de tener que defender su trasero de los códigos del Derecho que podrían condenar su conducta.
A Rajoy, por su parte, negar la mayor tampoco le absuelve ante la opinión pública de presuntas irregularidades, por consentimiento, colaboración u omisión. Más bien, decir que no cobró de las manos del hombre que dijo que le pagó un abultado parné le catapulta sin remedio a una guillotina levantada en plaza mayor.
Bárcenas podrá estar más pringado de lo que ha dicho mientras que Rajoy podría ser un alma cándida, como dicen también de ellos mismos que son Cospedal y los demás supuestos receptores de sobresueldos 'populares'.
Rajoy, por suerte o por desgracia, sólo tiene una salida posible: comparecer ante los españoles de forma urgente en la Cámara Baja y dar pelos y señales de su relación con Luis Bárcenas, convenciendo a opinión pública y oposición de que su pasado está impoluto, puede que sólo tiznado por unos 'hilillos de plastilina'.
domingo, 14 de julio de 2013
Diógenes, Bárcenas y los coleccionistas de mierda
Diógenes de Sinope era un griego que le daba a eso de la Filosofía y, de paso, al cinismo clásico, su gran descubrimiento en cuestión de pensamiento.
El tal Diógenes ha dado nombre a un síndrome, bajo el que se encuadran casos enfermizos de acumulación de desperdicios y cosas usadas o inservibles: desde restos de alimentos hasta periódicos dignos de hemeroteca pasando por cacharros, andrajos, cartones y basura, al fin y al cabo, que invade el espacio vital de quienes padecen el mal al tiempo que bloquea sus cerebros.
Luis Bárcenas padecería, a todas luces, una moderna versión del Síndrome de Diógenes, sólo que en lugar de mierda vulgar y corriente, lo que el ex tesorero del Partido Popular guarda como oro en paño son papeles, documentos y SMS antiguos que caen como bombas de destrucción masiva en la sede de la calle de Génova, y que hacen que el ambiente huela tan mal como un estercolero.
Cuando alguien acumula esta novedosa modalidad de heces políticas no lo hace como enfermo psiquiátrico ni como coleccionista disparatado sino como hombre previsor que guarda un arsenal bajo su cama para defenderse de cualquier ataque, venga de donde venga.
Algo parecido parece que le sucedía al ex socio de don Iñaki Urdangarin, un portento a la hora de clasificar y guardar para mejor ocasión correítos con los que ahora se llenan y empalman titulares. No hay mejor defensa que un buen ataque.
Ambos debieron pensar aquello de "guarda para cuando no haya". Y ahora no debe de "haber", a la vista de cómo se va echando mano del basurero del decrépito Diógenes.
¿Cuántas cargas de profundidad puede albergar un hombre que ha conocido todos los secretos de los dineros de un partido, que sabía qué se pagaba y cómo a éste o aquél, quién hacía donaciones y, en su caso, a cambio de qué?
Bárcenas pasará el verano a la sombra, pero otros van a acabar más quemados que la pipa de un indio en sus despachos oficiales. Y sin viajar. Así no gastan.
domingo, 23 de junio de 2013
Soraya y la caja de los truenos
Soraya Sáenz de Santamaría ha vuelto a la vida política dispuesta a cortarle las orejas a los que no hagan los deberes para el curso que viene. La vicepresidenta arrancó la Legislatura I y puede que última de la Era Rajoy con más motor que un Ferrari; pero los marrones que se ha tenido que comer la 'pepera' han acabado convirtiendo su máquina de correr en un Simca 1000, donde es bastante más fácil joder que hacer el amor.
A partir de ahora, a Soraya SdS le perseguirán como fantasmas toca-huevos su sesión fotográfica para EL MUNDO que le convirtió en un oscuro objeto, no sé bien si del deseo o no- y su plan para adelgazar administraciones públicas, capaz de competir con las dietas más agresivas para perder peso.
Hay que darle la razón a la vicepresidenta en que en este país de los 17 reinos sobran más cosas de las que faltan. Pero hay que recordarle a doña Soraya que venir ahora con la libretilla llena de anotaciones con todo lo que sobra pone de manifiesto que la política, de la que ella forma parte, ha vivido a cuerpo de Rey o de infante consorte.
Se habla de una reducción de miles de millones de euros como si hubiesen descubierto la pólvora, cuando han estado disparando con munición ajena desde que se aposentaron en las poltronas.
Ahora casi ido sobra. Pondrán una ventanilla administrativa para resolver todo; igual no se habían dado cuenta de la demencia de pasar de funcionario en funcionario como en el juego de la oca, que tiro porque me tocan las gónadas, pelotas, huevos, testículos, criadillas o vulgares cojones.
A Soraya ya le han salido respondones, faltaría más. En primer lugar, los vascos, que oyen que un turista se ha llevado arena de la playa de La Concha adherida en las chanclas y mandan a la Ertzainza en su busca. Ser rebelde cuando la rebeldía es lo que se estila tiene poco mérito.
En Castilla y León tampoco quieren que les toquen a su Procurador del Común ni a sus otros organismos autónomos. Para ello se amparan en el Estatuto, que para algo está. Saben, a pies juntillas, que su función es perfectamente prescindible aunque quien le dé carta de naturaleza sea el texto más importante parido en sede parlamentaria castellana y leonesa.
De ésta, salimos. Aunque siempre puede haber protectores de lo inútil, defensores de lo chusco, amparadores de la sopa boba y guardianes de lo suyo, que es lo ajeno.
Somos más; podremos.
sábado, 15 de junio de 2013
Deprisa, deprisa... coge el dinero y corre
Hay películas que se estrenan cada año, cada mes, cada día. Incluso casi cada hora. Da igual, exactamente igual, cuándo fueron visionadas por vez primera. Hay películas que no pierden la actualidad del momento en el que fueron concebidas, filmadas, grabadas, hechas memoria audiovisual de una incipiente sociedad democrática.
[Si me das a elegir,
entre tú y ese cielo,
donde libre es el vuelo,
para ir a otros nidos ¡Ay amor…!
me quedo contigo.]
El director Carlos Saura, tras la cámara, y Elías Querejeta, en la producción, parieron un clásico del cine del ámbito delincuencial, del metraje tironero y salteador de caminos y sucursales bancarias.
En Deprisa, deprisa plasmaron con grandes dosis de verosimilitud las vivencias de un grupo de macarras, ladrones, chavales diestros abriendo las puertas de los 124 y los 1430 ajenos de la época que conducían endiabladamente por las calles de la ciudad con un puente eléctrico cruzado entre las piernas. Cualquier ciudad de la España de los años ochenta. Cuando los delincuentes tenían una especie de código ético y eran al menos, unos señorones del mangue.
[Si me das a elegir,
entre tú y mis ideas,
que yo sin ellas,
soy un hombre perdido, ¡Ay amor…!
me quedo contigo.]
Ellos, Los Chunguitos pusieron la música y la poesía a las correrías de unos jóvenes ansiosos por vivir (deprisa, deprisa… como en la peli) y ganar dinero sin pegar un palo al agua pero pegando palos a tó'diós, al tiempo que se pasaban las normas y las leyes de la gente corriente por el arco del triunfo de sus huevos.
Deprisa, deprisa no ha dejado de filmarse ni un solo día ni una sola hora. Eso sí, los delincuentes españoles y a la española han ido cambiando. De chorizos de barriada y chabola se ha cambiado a grandes charcuteros de cuello blanco.
Los birlones a los que dieron vida las mentes en ebullición de Saura y Querejeta, que nos ha dejado hace casi ná huérfanos de quinquis, eran unos pobres principiantes del robo; nada que ver con los de ahora, los de la España del siglo XXI, que se llevan cantidad de parné al extranjero y que vaya usted a saber de dónde proceden la guita, los verdes o el vil metal, que bien darían para comprar unos cientos de miles de millones de bollos suizos, digo yo. ¿Cuánto dinero oscuro cabe en una cuenta corriente?
Hay en esta estirpe de sisantes desde renombrados políticos a artistazas vestidas de faralaes, pasando por galácticos futbolistas que chutan balones de oro macizo y que nos la meten a todos de penalti y por la escuadra. Sin olvidar, claro, a alguna parentela de una dinastía que resiste como gato panza arriba.
Ya lo presagiaban los gitanos cantores de las letras sabias: 'Si me dan a elegir, me quedo contigo'. Y los trincones lo entendieron a la primera y se quedaron con la pasta; supongo. ¿No?
sábado, 8 de junio de 2013
Jodido carbón
Los Reyes Magos, los fetén, le llevaron al Jesús recién nacido en Belén oro, incienso y mirra. Aquellos generosos señores debían andar hace más de dos siglos con su propia crisis económica, pues en vez de darle al chiquillo más oro, que todo lo comprable lo compra, le colaron de rondón el incienso y la mirra, que nunca he sabido muy bien para qué sirven.
Más recientemente, los magos de Oriente en versión paternal y familiar decidieron que a los niños malos no había que traerles regalos el día 6 de enero sino una paletada de negro carbón. ¡Por pillos!
El carbón siempre se ha aparejado con la escasez energética, con las sociedades rurales, con la suciedad, con la miseria y con el trabajo asfixiante en un profundo pozo o, peor, en un chamizo sin control donde la muerte visita a los obreros de cuando en cuando y se los lleva a dar una vuelta de la que no se vuelve nunca.
Sólo quienes han bajado a las entrañas de la tierra metidos en una jaula de hierro tienen autoridad moral para opinar sobre las penosidades de la minería y, si me apura, sobre su futuro, que se torna negro azabache como la mismísima noche negra.
La minería en Castilla y León está reventando en su propio grisú, ese gas que se ha llevado por delante la vida de unos y los sueños de otros.
No nos andemos por la ramas. La minería del carbón en esta comunidad autónoma y en las otras en las que siguen abiertas explotaciones para la extracción del mineral es antirrentable y antieconómica. Pero, al mismo tiempo, es fuente de energía autóctona, escasa pero propia, y el modo de vida de miles de familias. No son pocos argumentos.
Los gobiernos de todos los signos enchufaron en su día la manguera de los millones de pesetas, entonces, y euros, después, a las cuencas cuando lo que deberían haber hecho fue generar alternativas para un enfermo crónico. Pero no ha fue así.
Ahora, en León, los mineros vuelven a estar en pie de guerra. Esta misma semana recibieron con abucheos a la presidenta de la Diputación provincial, Isabel Carrasco, y a la consejera de Agricultura, Silvia Clemente, que habían acudido a El Bierzo a un acto de promoción de productos locales.
Los árboles, a veces, no dejan ver el bosque. No son Clemente o Carrasco las responsables de la desgracia que acecha a los empleos de los mineros, muchos de los cuales ya no cobran y por ello se ceban con quienes tengan más a mano siempre que se les identifique con el poder polítco.
Ni siquiera el esquivo ministro de Industria, J. M. Soria, es el malo de la película, aunque pudiera parecerlo y ha hecho méritos para ganarse un puesto en el casting.
La minería del carbón va a dar muchos quebraderos de cabeza al Estado. Ya me gustaría poder equivocarme.
P. D. (1) Follón en Caja España-Duero. La deserción de consejeros deja a la altura del betún a los que han ocupado la poltrona mientras las cosas han ido bien. Hay que estar a las duras y a las maduras.
P. D. (2) El jueguecito que algunos se traen con la Central Nuclear de Garoña es absolutamente patético.
P. D. (3) A Óscar López y a Julio Villarrubia les ha dado por deshacer la bicefalia socialista en Castilla y León y ahora van, como Tom y Jerry juntitos a todos los sitios, como si no pasara nada. La unión hace la fuerza y a la fuerza ahorcan.
P. D. (4) Magnífica foto hoy de Lostau en la entrevista a Juan José Mateos, consejero de Educación de la Junta de Castilla y León, que publica Diario de Valladolid.
P. D. (y 5) Experimentos con gaseosa. Los cambios si no te hacen mejor te lastran.
Más recientemente, los magos de Oriente en versión paternal y familiar decidieron que a los niños malos no había que traerles regalos el día 6 de enero sino una paletada de negro carbón. ¡Por pillos!
El carbón siempre se ha aparejado con la escasez energética, con las sociedades rurales, con la suciedad, con la miseria y con el trabajo asfixiante en un profundo pozo o, peor, en un chamizo sin control donde la muerte visita a los obreros de cuando en cuando y se los lleva a dar una vuelta de la que no se vuelve nunca.
Sólo quienes han bajado a las entrañas de la tierra metidos en una jaula de hierro tienen autoridad moral para opinar sobre las penosidades de la minería y, si me apura, sobre su futuro, que se torna negro azabache como la mismísima noche negra.
La minería en Castilla y León está reventando en su propio grisú, ese gas que se ha llevado por delante la vida de unos y los sueños de otros.
No nos andemos por la ramas. La minería del carbón en esta comunidad autónoma y en las otras en las que siguen abiertas explotaciones para la extracción del mineral es antirrentable y antieconómica. Pero, al mismo tiempo, es fuente de energía autóctona, escasa pero propia, y el modo de vida de miles de familias. No son pocos argumentos.
Los gobiernos de todos los signos enchufaron en su día la manguera de los millones de pesetas, entonces, y euros, después, a las cuencas cuando lo que deberían haber hecho fue generar alternativas para un enfermo crónico. Pero no ha fue así.
Ahora, en León, los mineros vuelven a estar en pie de guerra. Esta misma semana recibieron con abucheos a la presidenta de la Diputación provincial, Isabel Carrasco, y a la consejera de Agricultura, Silvia Clemente, que habían acudido a El Bierzo a un acto de promoción de productos locales.
Los árboles, a veces, no dejan ver el bosque. No son Clemente o Carrasco las responsables de la desgracia que acecha a los empleos de los mineros, muchos de los cuales ya no cobran y por ello se ceban con quienes tengan más a mano siempre que se les identifique con el poder polítco.
Ni siquiera el esquivo ministro de Industria, J. M. Soria, es el malo de la película, aunque pudiera parecerlo y ha hecho méritos para ganarse un puesto en el casting.
La minería del carbón va a dar muchos quebraderos de cabeza al Estado. Ya me gustaría poder equivocarme.
P. D. (1) Follón en Caja España-Duero. La deserción de consejeros deja a la altura del betún a los que han ocupado la poltrona mientras las cosas han ido bien. Hay que estar a las duras y a las maduras.
P. D. (2) El jueguecito que algunos se traen con la Central Nuclear de Garoña es absolutamente patético.
P. D. (3) A Óscar López y a Julio Villarrubia les ha dado por deshacer la bicefalia socialista en Castilla y León y ahora van, como Tom y Jerry juntitos a todos los sitios, como si no pasara nada. La unión hace la fuerza y a la fuerza ahorcan.
P. D. (4) Magnífica foto hoy de Lostau en la entrevista a Juan José Mateos, consejero de Educación de la Junta de Castilla y León, que publica Diario de Valladolid.
P. D. (y 5) Experimentos con gaseosa. Los cambios si no te hacen mejor te lastran.
miércoles, 5 de junio de 2013
El Messi de Valladolid
La butaca consistorial de Javier León de la Riva tiene más pretendientes que un príncipe heredero, aunque las monarquías padezcan hoy su propia crisis, en la que no intervienen los mercados sino sus propios actos. Estamos hablando del Ayuntamiento de Valladolid, uno de los grandes de Castilla y León y de España, que rige una ciudad apacible, vivible, paseable y disfrutable como pocas capitales de provincia españolas.
Javier León lleva la intemerata de tiempo haciendo uso del bastón de mando, función que alterna con salidas de pata de banco de cuando en cuando, con apogeos absolutamente impresentables como los deplorables comentarios sobre los morritos de cierta socialista que le sugerían al alcalde al menos una lujuria. Unos tienen un morro que se lo pisan.
De la Riva está profundamente desgastado. Algunos procesos iniciados en los juzgados le han hecho mella y, además, los años no pasan en balde, según dicen los que le conocen en las distancias cortas. Cierto es que la edad, en el municipalismo más puro de nuestra democracia, nunca ha sido un handicap para los candidatos. Ahí queda el recuerdo del que fuera regidor de Madrid, don Enrique Tierno Galván, que peinaba cuidadas canas cuando fue inmortalizado mirándole una teta a Susana Estrada y que murió al pie del cañón habiendo apadrinado La Movida Madrileña, que quedó, así, huérfana de padre, de madre y de perrito que le ladrase.
Alguien parece haber colocado en la carrera sucesoria a la consejera de Hacienda, Pilar del Olmo, que ha cobrado relevancia nacional por sus cojones, con perdón, ante el ministro Cristóbal Montoro. Del Olmo, muy probablemente, se metería en el bote a los vallisoletanos con su discurso transparente y con los lagos azules que remansan en sus enormes ojos. Una mujer al frente del consistorio es siempre un guiño en una sociedad muy marcada por el paternalismo masculino.
También sería un caramelo muy dulce para José Antonio de Santiago-Juárez, consejero de la Presidencia y Portavoz del Gobierno de Juan Vicente Herrera. A De Santiago es probable que no le amargase un dulce que supondría ocupar el lugar político que ya ocupara su padre en la casona de la Plaza Mayor de Valladolid y que pondría una guinda a su recorrido en los cargos públicos.
Nadie sabe, llegado el caso, el papel que podría jugar la mano derecha de De la Riva, Mercedes Cantalapiedra, o los que acechan a que uno caiga para revender el ajuar.
De la Riva tiene, con todo, la sartén por el mango, ya que le avala la apisonadora electoral que le ha encumbrado legislatura tras legislatura, y no hay mayor argumento para agarrarse al poder que poner sobre la mesa los podios obtenidos bajo el dorsal del Partido Popular. Y ahí, Javier León de la Riva es el Messi de Campo Grande.
Javier León lleva la intemerata de tiempo haciendo uso del bastón de mando, función que alterna con salidas de pata de banco de cuando en cuando, con apogeos absolutamente impresentables como los deplorables comentarios sobre los morritos de cierta socialista que le sugerían al alcalde al menos una lujuria. Unos tienen un morro que se lo pisan.
De la Riva está profundamente desgastado. Algunos procesos iniciados en los juzgados le han hecho mella y, además, los años no pasan en balde, según dicen los que le conocen en las distancias cortas. Cierto es que la edad, en el municipalismo más puro de nuestra democracia, nunca ha sido un handicap para los candidatos. Ahí queda el recuerdo del que fuera regidor de Madrid, don Enrique Tierno Galván, que peinaba cuidadas canas cuando fue inmortalizado mirándole una teta a Susana Estrada y que murió al pie del cañón habiendo apadrinado La Movida Madrileña, que quedó, así, huérfana de padre, de madre y de perrito que le ladrase.
Alguien parece haber colocado en la carrera sucesoria a la consejera de Hacienda, Pilar del Olmo, que ha cobrado relevancia nacional por sus cojones, con perdón, ante el ministro Cristóbal Montoro. Del Olmo, muy probablemente, se metería en el bote a los vallisoletanos con su discurso transparente y con los lagos azules que remansan en sus enormes ojos. Una mujer al frente del consistorio es siempre un guiño en una sociedad muy marcada por el paternalismo masculino.
También sería un caramelo muy dulce para José Antonio de Santiago-Juárez, consejero de la Presidencia y Portavoz del Gobierno de Juan Vicente Herrera. A De Santiago es probable que no le amargase un dulce que supondría ocupar el lugar político que ya ocupara su padre en la casona de la Plaza Mayor de Valladolid y que pondría una guinda a su recorrido en los cargos públicos.
Nadie sabe, llegado el caso, el papel que podría jugar la mano derecha de De la Riva, Mercedes Cantalapiedra, o los que acechan a que uno caiga para revender el ajuar.
De la Riva tiene, con todo, la sartén por el mango, ya que le avala la apisonadora electoral que le ha encumbrado legislatura tras legislatura, y no hay mayor argumento para agarrarse al poder que poner sobre la mesa los podios obtenidos bajo el dorsal del Partido Popular. Y ahí, Javier León de la Riva es el Messi de Campo Grande.
domingo, 2 de junio de 2013
Puro, barriga y chistera
La cultura popular no suele equivocarse. A los ladrones los visualiza con misterioso antifaz y cerradísima barba de dos días; a las princesas las viste recatadas y angelicales, con virginales labios rojos; a las brujas malvadas las adorna con verrugas en la nariz, peludas y purulentas, y las pinta una sonrisa desdentada y grotesca; a los mafiosos, los enfunda en camisas negras coronadas por corbatas blancas y flores en el ojal; y a los empresarios, que es a donde quería llegar, los plasma con purazo caribeño en la boca, barriga prominente, esférica y flácida y chistera negra tapando la sesera. Vamos, como el muñeco del monopoly. Tal cual.
La calle afirma que los empresarios, a veces, algunas veces, descienden de limusinas inmensas en cuyo interior es posible jugar al pádel o al teto, al tiempo que se apoyan en innecesarios bastones de madera noble con cabeza de plata y punta de oro.
De cuándo en cuándo, además, dejan asomar, como antaño los tratantes de ganado, cilíndricos fajos de verdes billetes de dólar en sus elegantes smokings que conjuntan a la perfección con sus relucientes botines de charol que claquetean en el parqué.
Rosell es un tipo listo. Ingenioso y rápido. Tiene la mente despejada y lanza cargas de profundidad cada vez que abre la boca. En el II Foro de EL MUNDO de Castilla y León, el Pep Guardiola de la CEOE soltó cuatro frescas al público, llegando a pedir la industrialización de la Sanidad y la fiscalización de la Educación, que nos cuesta un huevo de pato para que, en su opinión,los frutos se los lleve la tironera Angela Merkel, que va a impulsar Alemania gracias al currelo intelectual de los ingenieros españoles que huyen como alma que lleva el diablo para no sucumbir al hachazo implacable del paro o al ochocientoseurismo.
Rosell es un provocador empresarial. Mira las cosas desde la óptica del resultado económico y sentencia en función del Ebitda. Y no todo se mide con cinta métrica ni se pesa con báscula. De ahí que su propuesta de industrializar la salud de las personas haya sentado mal o muy mal en tierras castellanas y leonesas.
Vamos, que lo que Rosell quiere es que los hospitales pongan algo así como unas mini-vías de alta velocidad en los pasillos para que los pacientes vayan de la habitación al quirófano a toda leche sin intervención del factor humano (celadores al carajo). Lo que quiere Rosell es que una vez en la sala de operaciones un robot alimentado por energía nuclear valore al enfermo y, sin sentimentalismos, repare al interfecto o interfecta o lo pasaporte a otra vida si sus sensores y programas no ven muy claro el futuro de la cobaya. (Al garete enfermeras, anestesistas, cirujanos, instrumentistas y la guapita de cara de la gasita blanca que le secaba las gotas de sudor al doctor Marcus Welby).
La industrialización sanitaria en Castilla y León, de aplicarse, cerraría centros hospitalarios y consultorios que sean ineficientes o que gasten más de la cuenta atendiendo a viejecillos que roban oxígeno, cobran pensiones y sólo dan disgustos a sus familias poniéndose enfermos cuando más jode: en vacaciones, los puentes, los aniversarios, el día que tenemos un polvo apalabrado...
Joder, Rosell, ya podías haber venido antes a esta región y nos habrías evitado muchas discusiones sobre agendas de población, ordenación territorial y lucha de poderes. Porque sin paisanos, esto puede ser un gran negocio. Seguro que el presidente Herrera está dispuesto a vallar todo el perímetro autonómico, y cobrar peaje al que se quiera tomar un vino de Ribera, picar una tapita de ibéricos, disfrutar del románico palentino, de la cecina de León, de los torreznillos de Soria, de la morcillita de Burgos, del cochinillo segoviano, de las yemas de Santa Teresa, merendarse con los ojos Zamora, degustar unos espárragos de Tudela...
Rosell, la pela es la pela. ¿No? Así que, del mismo modo, al tripón enchisterado y fumón que no dé buenos resultados económicos y cree empleo pues le hacemos un lobotomía y le alistamos en una legión de muertos vivientes que nos recuerden con su presencia que el que la hace, la paga.
P. D. (1) JM Nieto ocupa un espacio de papel en Abc en el que destripa con guante blanco, y con humor, a la sociedad española. Un grande aún más grande. Valor y al toro, maestro.
P. D. (2) Llevo una corbata rosa en el alma, una pluma en el bolsillo, un dibujo en el corazón, unas maravillosas fotos en mis retinas, una máquina de escribir en mis manos y un mensaje en mi voz: 'Sed felices mientras sea posible'. Amén.
P. D. (y 3) Mañana sentará futuros y matará incertidumbres. Sólo hay algo más inquietante que desconocer el porvenir, y es que otro te lo prepare.
Rosell es un provocador empresarial. Mira las cosas desde la óptica del resultado económico y sentencia en función del Ebitda. Y no todo se mide con cinta métrica ni se pesa con báscula. De ahí que su propuesta de industrializar la salud de las personas haya sentado mal o muy mal en tierras castellanas y leonesas.
Vamos, que lo que Rosell quiere es que los hospitales pongan algo así como unas mini-vías de alta velocidad en los pasillos para que los pacientes vayan de la habitación al quirófano a toda leche sin intervención del factor humano (celadores al carajo). Lo que quiere Rosell es que una vez en la sala de operaciones un robot alimentado por energía nuclear valore al enfermo y, sin sentimentalismos, repare al interfecto o interfecta o lo pasaporte a otra vida si sus sensores y programas no ven muy claro el futuro de la cobaya. (Al garete enfermeras, anestesistas, cirujanos, instrumentistas y la guapita de cara de la gasita blanca que le secaba las gotas de sudor al doctor Marcus Welby).
La industrialización sanitaria en Castilla y León, de aplicarse, cerraría centros hospitalarios y consultorios que sean ineficientes o que gasten más de la cuenta atendiendo a viejecillos que roban oxígeno, cobran pensiones y sólo dan disgustos a sus familias poniéndose enfermos cuando más jode: en vacaciones, los puentes, los aniversarios, el día que tenemos un polvo apalabrado...
Joder, Rosell, ya podías haber venido antes a esta región y nos habrías evitado muchas discusiones sobre agendas de población, ordenación territorial y lucha de poderes. Porque sin paisanos, esto puede ser un gran negocio. Seguro que el presidente Herrera está dispuesto a vallar todo el perímetro autonómico, y cobrar peaje al que se quiera tomar un vino de Ribera, picar una tapita de ibéricos, disfrutar del románico palentino, de la cecina de León, de los torreznillos de Soria, de la morcillita de Burgos, del cochinillo segoviano, de las yemas de Santa Teresa, merendarse con los ojos Zamora, degustar unos espárragos de Tudela...
Rosell, la pela es la pela. ¿No? Así que, del mismo modo, al tripón enchisterado y fumón que no dé buenos resultados económicos y cree empleo pues le hacemos un lobotomía y le alistamos en una legión de muertos vivientes que nos recuerden con su presencia que el que la hace, la paga.
P. D. (1) JM Nieto ocupa un espacio de papel en Abc en el que destripa con guante blanco, y con humor, a la sociedad española. Un grande aún más grande. Valor y al toro, maestro.
P. D. (2) Llevo una corbata rosa en el alma, una pluma en el bolsillo, un dibujo en el corazón, unas maravillosas fotos en mis retinas, una máquina de escribir en mis manos y un mensaje en mi voz: 'Sed felices mientras sea posible'. Amén.
P. D. (y 3) Mañana sentará futuros y matará incertidumbres. Sólo hay algo más inquietante que desconocer el porvenir, y es que otro te lo prepare.
sábado, 1 de junio de 2013
Periodistas, especie en extinción
- “¿Las últimas palabras? Pues voy a decirte las últimas palabras: ¡Me voy!
- No. Un tipo al que van a ahorcar no diría eso.
- No es Williams. ¡Soy yo el que se va!
- ¿Qué?
- Que me despido desde este momento.
- Son los del Tribune, ¿verdad? Hace años que intentan que dejes de trabajar conmigo. ¿Cuánto te pagan?
- Te aseguro que no voy a trabajar al Tribune, ni a ningún otro periódico. Es que voy a casarme, Walter.
- ¿Qué te vas a casar? ¿Pero para qué? ¡Ya te casaste una vez!
- ¡Bonita boda! Ni siquiera estuve en las cataratas del Niágara. Me hiciste apear del tren para informar del ‘crimen de la antorcha’.
- Por eso eres tan buen periodista. Siempre has estado en el lugar y en el momento oportuno.
- Pero nunca en casa. Ni por Navidad. ¡Ni siquiera para nuestro aniversario! Cuando ella estaba enferma de cuidado en la clínica yo estaba en Tennessee con lo del juicio de los estupefacientes. Pero eso no volverá a ocurrir, Walter.
- Está bien, Hildy. ¿De modo que quieres volver a atarte? Pues hazlo. Pero organízate. Escribe primero el reportaje de la ejecución y luego te casas. Tómate todo el fin de semana libre. No vuelvas a la oficina hasta el lunes.
- El lunes estaré en Philadelphia.
Este diálogo entre Hildy Johnson, al que da vida Jack Lemmon, y Walter Burns, personificado a través de Walter Matthau, revela con tintes de comicidad la realidad que viaja en las venas de los que sienten el periodismo como una constante vital.
Es ‘Primera Plana’, de Billy Wilder. En ella, Hildy, reportero del Chicago Examiner, engalanado como un pimpollo para enlazarse con Peggy Grant (Susan Sarandon), sentirá una vez más el veneno de la noticia trepidar en su cabeza y martilleará las teclas de la máquina de escribir a toda velocidad para plasmar en un papel la ‘noticia de su vida’.
Los periodistas son seres peculiares, noctámbulos, rebuscados, misteriosos y fumadores. Son descarados, inquietos, confiados y bebedores. Complicados, liantes, cautivadores, fanfarrones y vividores. Son un cóctel entre lo bueno y lo malo, lo correcto y lo prohibido, lo saludable y lo mortal, lo cruel y lo bondadoso, lo animal y lo humano.
Piense en un periodista. Si usted es ajeno al gremio o a los ambientes en los que se mueven los juntaletras, recurra a los famosos, a los periodistas de lustre público, a los que salen en televisión o firman sesudas e influyentes columnas en los periódicos. Detrás de cada uno de ellos hay una legión de personajes desconocidos, todo el reparto de una obra de teatro, con tramoyistas y hasta el apuntador incluido.
Mire usted, por ejemplo, que detrás de Letizia Ortiz había una Reina plebeya en ciernes y ninguno lo sabíamos. Ni ella misma cuando era un agradable busto televisivo que nos daba las buenas y las malas nuevas..
Repare usted en una voz de oro de la radio, y descubrirá que tras su curtida garganta hay un hombre que dice haber sido engañado en la administración de sus ahorros, como un preferentista cualquiera. Como uno de esos impositores de los productos estrella de Caja España-Duero que ahora ha sufrido una quita brutal. De inversores preferentes han pasado a preferentemente arruinados.
Los periodistas son una especie que nunca estuvo protegida y que ahora está casi en extinción. Quedan unos pocos ejemplares que cultivan la endogamia y que se limitan a crear procreando más bien poco. Son los chicos de la Prensa, la canallesca, la chusma, los triperos… Una legión de cuenta-historias, narradores, relatores, de notarios de la sociedad, de equilibristas del idioma, de impulsores de la verdad…
Muchos han fantaseado con ser periodistas antes de ejercer la política, la medicina, la fontanería o el mercadeo. Se han creído héroes inexistentes, arriesgados reporteros de guerra, arrolladores presentadores de programas de máxima audiencia o constantinosromeros de voces arrulladoras.
Si un día cree usted estar viendo a un periodista, no haga ruido, no se mueva… Y cuando esté desprevenido, tómele una foto con el móvil antes de que el click o el flash le hagan ocultarse entre las olas de su mar de letras y los árboles de su jungra de papel y no lo vuelva a ver nunca.
lunes, 22 de abril de 2013
Mañana, todos a Villalar... o no
Castilla y León celebra mañana de forma oficial en la campa de Villalar de los Comuneros (Valladolid) el Día de la Comunidad.
Partidos y otros agentes sociales han hecho un llamamiento común para que los ciudadanos acudan a Villalar a celebrar la fiesta de la región.
Difícil pedirle a un soriano o a un leonés que se desplacen varios cientos de kilómetros para participar en una jornada festiva en la provincia de Valladolid. Igual podrían argumentar segovianos y abulenses, y en menor medida, tal vez, palentinos, zamoranos, salmantinos y burgaleses... y hasta los vecinos de valladolid más periféricos.
El Día de Villalar, que es el Día de la Fiesta de la Comunidad, tiene por enclave central la localidad vallisoletana, donde fueron ajusticiados los rebeldes comuneros que se levantaron contra la opresión; pero ello no es óbice para que cada cuál celebre la fiesta en su propia provincia y a su manera.
Una autonomía compuesta por nueve inmensas provincias, cada una de su padre y de su madre, no puede ni debe pretender aglutinar en un punto a sus 2,5 millones de habitantes en un único acto festivo.
Celebremos Villalar, como sentimiento troncal de la región, en la Plaza Mayor de Salamanca, en la Plaza Botines de León, en la histórica capital de Palencia, en la silenciosa ciudad Zamora, bajo el acueducto de Segovia, apoyados en la muralla de Ávila, apretándonos unos torreznos en Soria, ante el Museo del Hombre en Burgos o en el Campo Grande de Valladolid.
Y bajando más a la arena, en el castillo de Turégano, en el ambiente dulce y oloroso de Aguilar de Campoo, en la via de entrada a Benevente, cerca de las viandas de Guijuelo, en el Parador de Tordesillas, en la inmensidad de Gredos, en la industrial Miranda de Ebro, en el afable El Burgo de Osma
o en la potente Ponferrada.
Donde sea, feliz día de la Comunidad.
Partidos y otros agentes sociales han hecho un llamamiento común para que los ciudadanos acudan a Villalar a celebrar la fiesta de la región.
Difícil pedirle a un soriano o a un leonés que se desplacen varios cientos de kilómetros para participar en una jornada festiva en la provincia de Valladolid. Igual podrían argumentar segovianos y abulenses, y en menor medida, tal vez, palentinos, zamoranos, salmantinos y burgaleses... y hasta los vecinos de valladolid más periféricos.
El Día de Villalar, que es el Día de la Fiesta de la Comunidad, tiene por enclave central la localidad vallisoletana, donde fueron ajusticiados los rebeldes comuneros que se levantaron contra la opresión; pero ello no es óbice para que cada cuál celebre la fiesta en su propia provincia y a su manera.
Una autonomía compuesta por nueve inmensas provincias, cada una de su padre y de su madre, no puede ni debe pretender aglutinar en un punto a sus 2,5 millones de habitantes en un único acto festivo.
Celebremos Villalar, como sentimiento troncal de la región, en la Plaza Mayor de Salamanca, en la Plaza Botines de León, en la histórica capital de Palencia, en la silenciosa ciudad Zamora, bajo el acueducto de Segovia, apoyados en la muralla de Ávila, apretándonos unos torreznos en Soria, ante el Museo del Hombre en Burgos o en el Campo Grande de Valladolid.
Y bajando más a la arena, en el castillo de Turégano, en el ambiente dulce y oloroso de Aguilar de Campoo, en la via de entrada a Benevente, cerca de las viandas de Guijuelo, en el Parador de Tordesillas, en la inmensidad de Gredos, en la industrial Miranda de Ebro, en el afable El Burgo de Osma
o en la potente Ponferrada.
Donde sea, feliz día de la Comunidad.
sábado, 6 de abril de 2013
Julio A. Parrado, 10 años después
La última vez que paró en Madrid, hablamos. Aterrizaba desde esos EEUU que tanto le gustaban. Y sonreía. Julio Anguita Parrado (Julio A. Parrado, para que su primer apellido no le sacase del anonimato) siempre sonreía y te miraba con ojos de miope o de astigmático. Nadie podía imaginar que sería su último viaje.
Julio entró como becario. En EL MUNDO se 'empotró' en la sección de Internacional. En aquel último viaje iba 'empotrado' con una unidad de las tropas americanas que iban a entrar en Bagdad. Un misil le segó la vida. Estaba allí para contar historias desde primera línea de combate. y las contó. Pero acabó siendo él mismo el centro de la noticia. Al día siguiente, Couso perdería también la vida, en un episodio aún no resuelto y por el que pelea su familia.
Recuerdo como si fuera hoy a su padre, en el hall del periódico, entonces en la calle de Pradillo, en el homenaje que le rindió el diario. Julio Anguita padre, entero y destrozado por dentro, contó lo difícil que fue aceptar la muerte de su hijo y el estado de los restos que le entregó el Ejército estadounidense.
Julio A. Parrado, ahora, tienen premios que llevan su nombre, se le rinde tributo y se le recuerda de cuando en cuando, como ahora, diez años después de irse por contar una noticia para un periódico, esa extraña mezcla de papel, tinta e información que atraviesa el peor momento de su historia.
Cuando trascendió el fallecimiento de Julio A. Parrado me formulé la misma pregunta que me hice después de confirmarse el asesinato en Afganistán de Julio Fuentes: "¿Merece la pena?"
Diez años después me gustaría saberlo, pero no lo sé.
Julio entró como becario. En EL MUNDO se 'empotró' en la sección de Internacional. En aquel último viaje iba 'empotrado' con una unidad de las tropas americanas que iban a entrar en Bagdad. Un misil le segó la vida. Estaba allí para contar historias desde primera línea de combate. y las contó. Pero acabó siendo él mismo el centro de la noticia. Al día siguiente, Couso perdería también la vida, en un episodio aún no resuelto y por el que pelea su familia.
Recuerdo como si fuera hoy a su padre, en el hall del periódico, entonces en la calle de Pradillo, en el homenaje que le rindió el diario. Julio Anguita padre, entero y destrozado por dentro, contó lo difícil que fue aceptar la muerte de su hijo y el estado de los restos que le entregó el Ejército estadounidense.
Julio A. Parrado, ahora, tienen premios que llevan su nombre, se le rinde tributo y se le recuerda de cuando en cuando, como ahora, diez años después de irse por contar una noticia para un periódico, esa extraña mezcla de papel, tinta e información que atraviesa el peor momento de su historia.
Cuando trascendió el fallecimiento de Julio A. Parrado me formulé la misma pregunta que me hice después de confirmarse el asesinato en Afganistán de Julio Fuentes: "¿Merece la pena?"
Diez años después me gustaría saberlo, pero no lo sé.
domingo, 10 de marzo de 2013
¡Vaya cagada, Freddy!
Desde la madrileña calle de Ferraz, sede central del PSOE, hasta Ponferrada, capital de El Bierzo, se concentra desde el viernes un nauseabundo olor a mierda que impregna el ambiente. Y es que la tremenda cagada política de los socialistas en la moción de censura al alcalde del PP en el ayuntamiento leonés ha dejado una densa y pegajosa estela, mezcla de torpeza, bochorno, patetismo y vergüenza ajena que lo embriaga todo por completo.Claro, que no todos los actores de esta indigerible pantomima de saltimbanquis tienen el mismo nivel de responsabilidad en el libreto. Por orden, el reparto de presuntas culpabilidades –cual si fueran las apariciones en escena– quedaría así:
- Primer responsable. El secretario de Organización y portavoz socialista en las Cortes de Castilla y León, Óscar López, actor protagonista del penoso espectáculo ponferradino, que reconoció el error cometido a una emisora de radio para despejarle un balón al mandamás de Ferraz y porque no le quedaba más remedio que salir a dar la cara.- Segundo responsable. El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, supuesto conocedor del pacto –como muestra hoy este periódico– para derribar al PP del Gobierno municipal, que incluía el voto de Ismael Álvarez, exalcalde popular condenado por acoso sexual en el caso Nevenka y líder del grupo de independientes con el que se selló el acuerdo para la moción de censura. Sabiendo el tejemaneje que se cocinaba se limitó a echar más gasolina al fuego cuando desde su propio partido pusieron al PSOE verde por el apaño con Álvarez.- Tercer responsable. El nuevo Alcalde de Ponferrada, el socialista Samuel Folgueral, que ahora que tiene el bastón de mando de la sexta ciudad de Castilla y León no lo suelta ni con aceite hirviendo. Pensará que lo que dice y exige su jefe, Rubalcaba, no es ley en León.- Cuarto responsable. El secretario regional del PSCyL, Julio Villarrubia, que aunque se opuso de frente y por derecho a aceptar el respaldo de un acosador para obtener el sillón consistorial en el municipio de Ponferrada no logró ayer convencer a Folgueral para que renunciase al cargo recién ocupado. Algo que para el palentino es asunto fun-da-men-tal y ne-ce-sa-rio para recomponer la situación y enmendar el torpe paso del partido.Mal que le pese, Villarrubia ha de cargar, porque así toca, con la responsabilidad política que se deriva de su cargo, igual que los tres anteriores.
Y entre medias, a Rubalcaba se le pone cara de azucarillo; cada vez se disuelve más y manda menos. O eso parece.
Cuando en Madrid se abrió la guerra por el poder dentro del PSOE local, el que terminó siendo secretario general del Partido Socialista Madrileño y candidato a la Comunidad Autónoma, Tomás Gómez, contaba divertido cómo entre los críticos se llamaba coloquialmente Freddy
a Alfredo Pérez Rubalcaba, en alusión al maléfico personaje de ficción Freddy Krueger, que arañaba las paredes en Pesadilla en Elm Street y que se metía en los sueños de la gente para hacerla picadillo como un Pepito Grillo cabrón.Alfredo, o Freddy, anda mal de reflejos y la prueba manifiesta es la colosal cagada política de Ponferrada.
¿Trató de aliarse en algún momento Ismael Álvarez con el PP en la capital de El Bierzo? ¿Buscó o tanteó esta alianza el PP? ¿Por qué no trató el PP de frenar el pacto PSOE-Álvarez? ¿O lo hizo y no lo logró?
Importantes dirigentes populares cuentan por lo bajini que en su día en el PP a alguien se le pasó por la cabeza tender la mano al exalcalde condenado por acoso sexual para así gobernar con holgura en Ponferrada. El caso llegó a oídos del líder del Partido Popular en Castilla y León, Juan Vicente Herrera, que contestó con un monosílabo: ¡No!
No todo vale en política; eso dicen al menos los políticos. Pero luego algunos de ellos hacen de su capa un sayo y de sus palabras un inquietante silencio. El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) dice que los políticos están mal vistos por los españoles. Con cositas como la de Ponferrada, no me extraña, vamos.
- Primer responsable. El secretario de Organización y portavoz socialista en las Cortes de Castilla y León, Óscar López, actor protagonista del penoso espectáculo ponferradino, que reconoció el error cometido a una emisora de radio para despejarle un balón al mandamás de Ferraz y porque no le quedaba más remedio que salir a dar la cara.- Segundo responsable. El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, supuesto conocedor del pacto –como muestra hoy este periódico– para derribar al PP del Gobierno municipal, que incluía el voto de Ismael Álvarez, exalcalde popular condenado por acoso sexual en el caso Nevenka y líder del grupo de independientes con el que se selló el acuerdo para la moción de censura. Sabiendo el tejemaneje que se cocinaba se limitó a echar más gasolina al fuego cuando desde su propio partido pusieron al PSOE verde por el apaño con Álvarez.- Tercer responsable. El nuevo Alcalde de Ponferrada, el socialista Samuel Folgueral, que ahora que tiene el bastón de mando de la sexta ciudad de Castilla y León no lo suelta ni con aceite hirviendo. Pensará que lo que dice y exige su jefe, Rubalcaba, no es ley en León.- Cuarto responsable. El secretario regional del PSCyL, Julio Villarrubia, que aunque se opuso de frente y por derecho a aceptar el respaldo de un acosador para obtener el sillón consistorial en el municipio de Ponferrada no logró ayer convencer a Folgueral para que renunciase al cargo recién ocupado. Algo que para el palentino es asunto fun-da-men-tal y ne-ce-sa-rio para recomponer la situación y enmendar el torpe paso del partido.Mal que le pese, Villarrubia ha de cargar, porque así toca, con la responsabilidad política que se deriva de su cargo, igual que los tres anteriores.
Y entre medias, a Rubalcaba se le pone cara de azucarillo; cada vez se disuelve más y manda menos. O eso parece.
Cuando en Madrid se abrió la guerra por el poder dentro del PSOE local, el que terminó siendo secretario general del Partido Socialista Madrileño y candidato a la Comunidad Autónoma, Tomás Gómez, contaba divertido cómo entre los críticos se llamaba coloquialmente Freddy
a Alfredo Pérez Rubalcaba, en alusión al maléfico personaje de ficción Freddy Krueger, que arañaba las paredes en Pesadilla en Elm Street y que se metía en los sueños de la gente para hacerla picadillo como un Pepito Grillo cabrón.Alfredo, o Freddy, anda mal de reflejos y la prueba manifiesta es la colosal cagada política de Ponferrada.
¿Trató de aliarse en algún momento Ismael Álvarez con el PP en la capital de El Bierzo? ¿Buscó o tanteó esta alianza el PP? ¿Por qué no trató el PP de frenar el pacto PSOE-Álvarez? ¿O lo hizo y no lo logró?
Importantes dirigentes populares cuentan por lo bajini que en su día en el PP a alguien se le pasó por la cabeza tender la mano al exalcalde condenado por acoso sexual para así gobernar con holgura en Ponferrada. El caso llegó a oídos del líder del Partido Popular en Castilla y León, Juan Vicente Herrera, que contestó con un monosílabo: ¡No!
No todo vale en política; eso dicen al menos los políticos. Pero luego algunos de ellos hacen de su capa un sayo y de sus palabras un inquietante silencio. El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) dice que los políticos están mal vistos por los españoles. Con cositas como la de Ponferrada, no me extraña, vamos.
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