Estoy un poco apurado de efectivo. La crisis nos tiene a todos atenazados. Pero he encontrado varias soluciones que aplicaré de inmediato para poder salir adelante:
1.- Dejaré de pagar mi hipoteca. Cuando los del banco y el juzgado vengan a desalojarme llamaré a las brigadas antidasahucio. Con suerte, aplazarán mi salida. Así gano tiempo entre que las cosas mejoran.
2.- También barajo la opción de poner en alquiler mi casa y, con el dinero de la renta, abonar religiosamente la hipoteca. ¿Qué dónde viviré? Eso no es problema. Okuparé algún pisito desocupado o me sumaré a los grupos que colonizan inmuebles en desuso.
Claro está que esto son sólo hipótesis irrealizables. Nos hemos dado un modelo de sociedad en el que la propiedad privada es un bien protegido. Esa circunstancia no puede ser vulnerada por personas que, bajo argumentaciones sociales de todo tipo, infringen las normativas vigentes.
Apoyo la creación de inmuebles o casas culturales populares, donde sean los propios vecinos los que enseñen a otros tareas, idiomas… Con los permisos correspondientes de los propietarios legales de los inmuebles y con ayudas y respaldo municipal.
Una vez que un inmueble se okupa, si se desaloja parece que es la sociedad, en uso de sus legítimos derechos, la que está vulnerando la libertad de otros.
Okupa que algo queda.
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