1998. Felipe González. Una sala de los Tribunales de Justicia. Juicio Segundo Marey. Una cámara capta la imagen del líder socialista; una escena que dará, no sé si la vuelta al mundo, pero sí la vuelta a España. La fotografía fue tomada por el periodista de EL MUNDO Fernando Quintela. Un documento gráfico para la historia del Periodismo.
La historia, con sus diferencias, se repite. Ahora es el objetivo de Alberto Cuéllar, también de EL MUNDO, el que capta una imagen en la que puede leerse un mensaje en el móvil de Alfredo Pérez Rubalcaba. Y salta la polémica para los que quieren polémica.
La información es información. Y hay que publicarla. Aunque en este caso el contenido se haya demostrado absolutamente insustancial e inexacto; el 'topo' de Rubalcaba no tenía hilo para dar las puntadas.
No es la primera vez que salen fotos de los textos manuscritos de tal o cual político en los medios de comunicación. Alguno de ellos, si mal no recuerdo, veía páginas subidas de tono en su escaño.
Hemos asistido a la publicación de documentos confidenciales y secretos de la mano de Wikileaks. El público los ha leído y la prensa los ha desmenuzado.
¿Quién no publicaría en su diario documentos 'top-secret' de los servicios secretos españoles que demostrasen giros sutanciales en la investigación del 11-M, en la financiación de ETA o sobre actitudes corruptas de tal o cual personaje público?
Los periodistas muchas veces estamos en el límite. Podrá venir una denuncia, una multa, una sanción... Sabiéndolo, las noticias hay que publicarlas.
Y mañana, ya se verá.
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